"¡Ay del Nacional o extranjero que intentare seducir la inocencia,
fomentar discordias o vendernos....!"
Juanito Mora, 20 de noviembre de 1855.

miércoles, 2 de abril de 2008

No te ofrezco la paz, hermano hombre

No te ofrezco la paz, hermano hombre,
porque la paz no es una medalla:
la paz es una tierra esclavizada
y tenemos que ir a libertarla.

Yo te pido el amor y la ternura,
el músculo, los gritos y las garras,
la agilidad del pie, el fuego del canto,
la hoguera del deseo y la mirada.

Pertrechado con luz, con alegría,
con sueños, cuerpos y almas,
saldremos a tomar la paz a golpes
aunque tengamos que despedazarla.

¡Salgamos al amor, hermano hombre!
Con arrojarnos al amor nos basta.

Que las doctrinas pierdan hueso y forma.
Con arrojarnos al amor nos basta.

Que los países rueden sin amarras.
Con arrojarnos al amor nos basta.

Que nadie vede el paso a los caminos.
Con arrojarnos al amor nos basta.

Que incineren la ley y las fronteras.
Con arrojarnos al amor nos basta.

Que los templos se doblen desangrados
Con arrojarnos al amor nos basta.

Que desamarren todas las ideas.
Con arrojarnos al amor nos basta.

Para que cada lengua tenga un canto,
Con arrojarnos al amor nos basta.

¡Abre la puerta, hermano!
Abre tu soledad, tu amor, tu alma.

La que durante tantas navidades
tuvo pared cerrada
por donde descendía el tedio, oscuro,
como una goma lenta, acongojada.

¡Abreme el corazón, hermano hombre
y andaremos de pie sobre las aguas!

En el lomo del último horizonte
dejaremos la paz y la esperanza
como lunas inmensas, suspendidas
sobre odios, crepúsculos y almas...

¡Abre tu soledad, hermano hombre!

Con arrojarnos al amor nos basta.

1 comentario:

Tartaruga dijo...

Me gustó mucho este blog. Voy agregarlo a mis links!! Gracias por postear estas cosas! Saludos